LAS HORAS DEL RELOJ DE ARENA
SOMBRAS DE CRISTAL -LOBISHOME Llueve a cántaros y se ha ido la luz; posiblemente algún rayo haya dañado el tendido eléctrico; la abuela ha encendido velas y candiles y llevamos un rato al pie del fuego calentándonos y sacando la humedad del cuerpo . E n uno de esos momentos de silencio en que uno no es consciente ni del ruido de la tormenta, como empujada por un golpe de aire, se abrió la puerta, justo cuando el destello de un relámpago dibujaba en el quicio la sombra enjuta del abuelo, que sin decir palabra, entra, cuelga la empapada zamarra, saca su navaja, corta dos rebanadas de pan, y varias lonchas de tocino que clava en una varilla de alambre para poner al fuego de la “lareira” . Mientras asa sus torreznos, sin levantar la mirada del fuego, habla de la dificultad de sacar las vacas al pasto, de los trabajos del vecino moviendo las marcas de la finca, y de cómo corrían unos jornaleros que afirmaban haber visto un “lobishome” deambulando por la dehesa. - Abuelo…